jueves, 4 de marzo de 2010

No hay nada más lindo que la familia unita

Los almuerzos de camaradería de oficialistas y opositores en River Plate.
¡Qué feliz estoy! ¡Qué enorme alegría tengo! Gracias a Dios, nuestra querida familia riverplatense está en paz y armonía luego del almuerzo generado por nuestro “excelso” presidente y al que concurrieron todos los prohombres que dirigen los destinos de nuestro Club desde hace algunos penosos años. Y cuando hablo de prohombres me refiero, concretamente, a los obsecuentes seguidores del Dr. José María, a los vocales oficialistas y opositores, a muchos representantes y fiscalizadores de la oposición y a los seudo-rebeldes aguilaristas como Norberto Alvarez y el embajador Caselli hijo (quienes se habían “ofendido”, oportunamente, con la actual conducción de nuestra Institución dejando de lado los cargos que ostentaban al momento de “rebelarse”). Cuando mis absortos y ya muy gastados ojos comprobaron el martes 11 pasado que todos estos caballeros confraternizaban amenamente en dicho ágape gastronómico no pude contener mi honda emoción aunque no supiera el motivo del mismo. Ahí las dudas me atormentaron y empecé a preguntarme: ¿sería porque le habíamos metido 5 pepas a Velez? o ¿porque el Locarno nos prometía que se llevaría a Belluschi al final de este campeonato y nos entrarían las migajas que faltan cobrar por ese jugador? o ¿estarían festejando el arresto de los engendros que crearon Rousseau y sus “buenos muchachos” ahora que están suspendidos aunque NO expulsados del club? o ¿andarían solucionando las chicanas de unos contra otros para que la asamblea extraordinaria NUNCA se convocara y todos quedaran conformes? o ¿se sentirían felices por los maquillajes impositivos-económicos-financieros de otro ejercicio contable más? En fin...
Luego de varios minutos de cabildeos insustanciales, mi mente y mi espíritu se apaciguaron imprevistamente. Claro, recordé a la familia Campanelli (la del programa televisivo de la década del ´70) donde los hermanos, cuñados, nueras, yernos, sobrinos, primos, amigos y hasta vecinos vivían peleándose, agrediéndose, insultándose, envidiándose, celándose, amenazándose pero al momento del almuerzo dominguero bastaban dos gritos del patriarca de la familia para que “… no se escuchara ni el volido (sic) de una mosca” y todo el mundo, sí, todo el mundo se sentara amenamente en la misma mesa a compartir, hermanadamente, una suculenta tallarinada, olvidando las traiciones, deslealtades, indecencias, deshonestidades y bajezas cometidas entre todos los comensales hasta minutos antes de la misma. Decidí, entonces, sentarme en la confitería del club para tomarme un cafecito y relajarme pensando lo bien que marcha nuestro Club con un patriarca como Aguilar que junto a su “ilustrado”consorte (Don Israel) “conducen magistralmente” a esta extraordinaria familia por la senda del bienestar, de la prosperidad, de la opulencia, de la credibilidad y, sobre todo, de la honestidad. Francamente hablando, y pensándolo bien, ¡qué suerte tenemos los riverplatenses de formar parte de esta familia tan “unida”! Por eso, y desde hoy, Aguilar es Campanelli y Campanelli es Aguilar e Israel es la Sra. de Campanelli y la Sra. de Campanelli es Israel y los oficialistas son sus hijos. Pero lo que todavía no me queda muy claro es si la oposición son las nueras, los yernos o los amigos aunque SÍ me quedó muy claro que pertenecen a esa misma “familia”. Por último, me pregunté qué serían los Kiper, los Roncagliolo y los Lancioni (los cuales no concurrieron a tan magno evento) pero, aún, no tengo respuestas ya que todavía me duele mucho la cabeza después de que me surgieran tantas reflexiones. Y, la verdad, uno no es tan “inteligente ni tan intelectual” como el Dr. Aguilar.

P.D.1: en ese almuerzo se encontraba presente, ni más ni menos, el desastroso ex-presidente de la Institución: el Sr. Hugo Santilli. Nadie pudo explicarme qué hacía allí. Ni los caraduras que siempre lo tildaron de corrupto y juraron que nunca se sentarían con ese sujeto despreciable. Consulté a algunos de ellos y sólo valvucearon que en “política” hay que escuchar a todo el mundo. En lo que a mi respecta, este “señor” ocupa en esa “familia” el grado parental de padre putativo de Aguilar-Campanelli.
P.D.2: para los menores de 40 años, el canal Volver emite al aire (de vez en cuando) capítulos del programa “Los Campanelli”. Sólo por si quieren comparar lo más arriba expuesto con la triste realidad que padecemos en River.

Prof. Jorge Leone

12 de setiembre de 2007

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