jueves, 4 de marzo de 2010

Ecos de la “maravillosa” conferencia de prensa del Dr. Aguilar, la semana pasada.

Yo, el "miserable"

Ecos de la “maravillosa” conferencia de prensa del Dr. Aguilar, la semana pasada.

Anonadado, sorprendido, estupefacto y, después, indignado fueron las sensaciones y los sentimientos que invadieron mi persona después de escuchar la impresentable conferencia de prensa que brindó nuestro “inteligente” presidente, la semana pasada, para justificar lo injustificable: la caótica situación general que atraviesa nuestra Institución. Luego de algunos minutos de perplejidad ante la palabra MISERABLES (la que él utilizó en abstracto, no en concreto pero sí dirigiéndola a todos los que no lo soportamos más), corrí al diccionario y leí el siguiente significado de la misma: “… desdichado, infeliz. Abatido, sin valor ni fuerza. Avariento, mezquino. Perverso, canalla. Muy pobre, necesitado.” Y, les juro, me sentí aliviado. Es más, creo que a los que les pasó lo mismo que a mí, deberían usar el mismo antídoto. Al leer, varias veces, esas palabras explicativas de semejante epíteto, respiré tranquilo y me puse a recordar/analizar cómo le cabe la misma perfectamente a este oscuro personaje. Y le cabe porque es un desdichado e infeliz ya que el Club Atlético River Plate entró en uno de los períodos más nefastos de su vida deportiva. Todas las disciplinas deportivas, que nos destacaron a lo largo de décadas, se opacaron, se oscurecieron, se minimizaron y hasta algunas desaparecieron durante su pésima gestión (2001 hasta la fecha). El caso emblemático es el fútbol (especialmente para aquellos obtusos que sólo les importa cómo sale River en un campeonato y no les preocupa, para nada, si el club se funde económicamente) donde sólo se ganaron dos torneos de los “cortitos” después de haber participado en más de dos decenas de ellos (entre nacionales e internacionales). Cosecha paupérrima y lamentable, por donde se la mire. Es, también, un hombre abatido, sin valor y fuerza. Manejado por el monje negro Israel y su guardia pretoriana (los Darío Santilli, los Cavallero, los Mazzula, los Rodriguez, los Díaz, los Barujel, los Quintás, etc., etc., etc.) va de un medio a otro hablando pavadas seudo intelectuales, tratando de justificar lo injustificable y ”jugando” el papel de víctima con los periodistas amigos y cómplices que no le repreguntan lo que corresponde a la sarta de estupideces que suele afirmar en sus conferencias de prensa debidamente “armadas”. Da lástima verlo “tirar la toalla” cuando le presenta la renuncia al “extraordinario” ministro del Interior y ex barra brava de Quilmes, Anibal Fernandez, o a su sostenedor en AFA, el “todo pasa” Don Julio -alias “Don Corleone”, según los corrillos de la calle Viamonte- que, encima, le encontró un insignificante “laburito” en la FIFA por 25.000 lucas gringas para ejercer su condición de abogado, en la cual mucho no se ha destacado, por cierto, a lo largo de su vida. Hace rato que quiere ”desaparecer” pero este trío singular (sus secuaces del club, Don Aníbal y Don Julio) no se lo permiten. Que es avariento y mezquino, nadie lo puede negar. Por todo lo que se afanó y por todo lo que permitió afanar (recordar en este punto cómo entró económicamente al club y cómo están, hoy en día, sus infladas finanzas luego de presidir durante 6 años una asociación sin fines de lucro). Por supuesto que sus amigos empresarios, intermediarios locales y, sobre todo internacionales (valga un “ponderado” recuerdo para el israelí Zahavi, en este caso, por todo lo que “hizo” por River), sus entrañables directores técnicos a los que les mantiene el contrato a rajatabla y/o se los aumenta cuando le da la gana (porque es “amante” de la legalidad), sus contratistas de obras en nuestro club y sus criaturas más adorables (generadas y prohijadas por él y su C.D.) de la barra brava disentirán abiertamente con quien esto escribe por falaz, tendencioso y, como si fuera poco, porque represento una “conjura internacional” que quiere derrocar a tan magno presidente. Y acá llegamos, en mi modesto juicio, a interpretar dos palabras claves de este entuerto: perverso y canalla (no porque sea hincha de Rosario Central, que es lo único que nos faltaría). Es perverso porque como sostenía Goebbels, el ex jerarca del régimen nazi, miente y miente y miente y, parecería, que a muchos “inteligentes” algo les queda como verdad revelada. En particular, a aquellos que le votan desde su primer año de gestión todas las mentiras, dibujos, trampas, insanas intenciones, bocetos mal concebidos y mal ejecutados, etc. que se reflejan en los presupuestos y balances que se han aprobado en River de manera escandalosa durante 7 ejercicios. Ni siquiera, estos entregadores de nuestro patrimonio, se hacen asesorar por contadores públicos bien intencionados e instruidos que les enseñarían cómo se violan sistemáticamente las normas de contabilidad habilitadas por Ley y cómo se llega a superávits finales inexistentes que luego, este engendro de la perversión, “vende” como gestión extraordinaria de su accionar dirigencial y de la de sus adláteres. Él es perverso porque no explica que no es lo mismo un superávit operativo (ficticio) que un déficit estructural crónico y no lo explica su lamentable tesorero (hincha de independiente, para más datos) tampoco. No fundamentan, en absoluto, la diferencia entre patrimonio real y patrimonio subjetivo. Ni hablan de la diferencia de activos genuinos y pasivos descontrolados o subvalorados. Y, encima, manejan las cuentas de resultado a voluntad, o sea a puro garabato discrecional. Los presupuestos y los balances dan lástima pero más lástima dan los representantes de socios que aguantan y avalan esta perversión inadmisible.Y es muy canalla porque juega con nuestros sentimientos: los de ser hinchas y simpatizantes del más grande al que hunde irremediablemente persiguiendo oscuros fines que el tiempo aclarará (¿algún gerenciamiento privado de amigos, tal vez?). Sus acciones diarias son una canallada, su generación y vinculación directa con la violencia dentro de River es una canallada, sus aprietes a su gente (para que le voten lo que quiera) son una canallada, sus vinculaciones con su padres putativos (Hugo Santilli, Davicce e Israel) son una recontra-canallada. Su aceptación del desmembramiento del fútbol amateur e infantil de nuestro club es una requete-canallada (sin contar las ventas “veladas” de jugadores menores de edad y el despido arbitrario de Delem). El abandono edilicio de nuestro club es otra canallada más. La no participación o la precaria participación de River en deportes no rentables y amateurs (en donde fuimos verdaderos buques insignias) es una gran canallada (pregunten a las chicas de hockey cómo se bancan sus atuendos y utensilios cuando compiten). Abandonar a nuestras glorias (fíjense Independiente como cuida a Bochini, como ejemplo contundente) es otra inefable canallada.No renunciar YA, él y su cómplices, también es de canallas. En fin, no quiero aburrirlos más con este término que según la Real Academia Española significa: “Chusma, gente ruin. Hombre despreciable, de actuación vil.” Disculpe, Dr. Aguilar, si tan magno ente hispanoamericano lo define tan pero tan bien. Por ello, y por lo expuesto hasta aquí, prefiero ser MISERABLE (según el diccionario aguilarista) que ser ruin, hombre despreciable y que actúa vilmente en detrimento y perjuicio tangible contra el Club Atlético River Plate, o sea contra nuestro Club, o sea contra los socios. Por fin y, por último, encontré “casualmente” en el diccionario otras palabras que le sientan a Ud. muy bien y que lo acreditan en su totalidad:-Cínico: falta de escrúpulos.-Hipócrita: fingir cualidades o sentimientos contrarios a los que verdaderamente se tienen.-Falaz: que engaña o miente.-Desleal: falto de lealtad. Espero no haberlo importunado con este texto, me pondría “muy mal” que se deprimiera por el mismo y, en un rapto de sensatez (¡qué estupidez la mía!), abandonara el barco junto con las ratas que lo acompañan.
Atentamente.
Jorge Leone

27 Agosto 2007

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