martes, 11 de diciembre de 2012

“SON AQUELLAS PEQUEÑAS COSAS”… O MI RENUNCIA

Te puede gustar, o no, Joan Manuel Serrat. Lo que no puede pasar inadvertidas son muchas de las extraordinarias letras de su cancionero tan peculiar. Me apoyo entonces en una de ellas, para dejar claramente expresado el porqué de mi renuncia a mi cargo de representante titular de la Asamblea de Socios del C.A.R.P.



Dicen, los que saben, que desde adentro se pueden cambiar las cosas. Dicen otros que, desde adentro y con el Estatuto actual, es imposible cambiar nada. Dicen muchos que siempre hay que estar cerca de donde se “cocinan” las cosas importantes. Dicen varios que la ecuación no cambia en nada, si no estás allí, porque pasás a ser un mueble decorativo, más allá o acá de las “ventajas” personales y asociativas que podés conseguir, siempre cerquita del poder. Dicen…
Yo digo que nadie tiene la verdad absoluta y, mucho menos, la revelada. Digo que, filosóficamente hablando, el que no vive como piensa termina pensando como vive. Y digo que, en mi modesta experiencia personal, la lucha por un River mejor (como es este caso) se puede dar desde cualquier lugar en el que un socio se encuentre ubicado. A las pruebas me remito: el Derecho a la Información del Socio. Pelea que dimos, y sigo dando, 6 (seis) socios comunes desde hace casi 6 años a esta parte.
Por ello, acá hago públicas las razones de la renuncia presentada el 30 de noviembre último y que se hizo efectiva el 8 de diciembre del corriente año.



También aprovecho este posteo para seguir cuestionando las entradas de protocolo que reciben los dirigentes, las agrupaciones, las firmas que nos esponsorean, los que hacen negocios con las mismas y los “amigos” (los malos del tablón y los “buenos” que acomodan, acarician y acicalan sus conciencias cerquita, cerquita, muy cerquita del poder de turno). Demuestro, a continuación, cuál debe ser la conducta de los que podemos pagar entradas de protocolo y terminar con esa práctica indigna y miserable, tan arraigada en nuestras instituciones. Máxime cuando miles de riverplatenses sufren verdaderos vejámenes con los canjes de entradas y cuando, muchísimos más, no pueden ir a ver a su River querido por estas nefastas realidades cotidianas de los últimos años que estoy enunciando.




Queda, por último, reconocer a la Agrupación Dale River, en general, y al Dr. Daniel Kiper, en particular, por la oportunidad que me han brindado para ocupar el cargo que ocupé. Les estaré eternamente agradecido y sólo hago votos, de manera humilde y afectuosa, para que tan digno riverplatense (por su trayectoria histórica, por su honestidad intelectual, por su capacidad personal y formativa, por su honorabilidad y decencia, etc.) pueda contener y/o dejar de lado y/o encapsular su megalomanía visceral (tan parecida a tantos que ya deberían dar un paso al costado, dentro del mundo River, y apoyar el desarrollo de las nuevas generaciones y/o de los que no se han contaminado en el camino y tienen, todavía, mucho para aportar) para ofrendarle a River, desde otras posiciones o funciones, todo su bagaje cognoscitivo y, sobre todo, su experiencia dirigencial adquirida durante sus pasos por la Comisión Directiva de la Asociación. Como yo creo en el poder horizontal (no olvidar las novedosas circunstancias socio-políticas-históricas-tecnológicas que se van profundizado en este nuevo siglo) más que en el vertical, las cosmovisiones de ambas posturas debían colisionar en algún momento. Nada traumático ni irreparable. Sólo un determinante más, no el más importante, para que haya tomado la decisión que tomé.

Las razones plasmadas en mi renuncia (las fundamentales) y la diferencia de criterios sobre cómo se construye un espacio político (la menos importante), son, entonces, las variables convergentes hacia “… aquellas pequeñas cosas” que nos ponen, a lo largo de nuestras vidas, en la lógica y racional posición de tomar decisiones. Las mías quedaron reflejadas en todo lo aquí he expuesto y demostrado y, sobre todo, en mis acciones y actos concretos efectivizados durante el período en el que ejercí mi representación (2009-2012).

Hasta cualquier momento…

2 comentarios:

  1. Jorge,

    Salvando las enormes distancias a lo que cuenta, yo no puedo hacerle entender a los 5 o 6 tipos que me rodean en la tribuna que dejen de cantar canciones xenófobas, es más me han tratado de bostero, ya me cansé, ahora solamente me quedo observando como se regodean en su ignorancia. Pareciera que eso es ley en River, un enorme grupo de ególatras, inmorales e inútiles que alejan y cansan a los que pretendemos un cambio.

    Otra anécdota menor, alguna vez he recibido las cargadas de un hincha de Chacarita dentro del club luego de una derrota contra Boca, ante mi respuesta subida de tono, el padre de este personaje cerró el tema con "dejalos a estos gallinas de mierda". Este tipo es representante de socios, ¿cómo es que el club no genera los anticuerpos para sacar a estos indeseables?

    Respecto a lo que escribió, no me sorprenden para nada los motivos de su renuncia, la mayoría son evidentes para los que "la vemos de afuera". Pero lo extraño es que la carta me dejó apesadumbrado, está clarísimo que con la mentalidad imperante en la clase dirigente del club no existe un futuro promisorio, y no lo escribo pensando en el corto plazo, si estos son los dirigentes que asoman, la caída no terminará en décadas. Si un descenso no fue suficiente para concientizar sobre el desastre en el que estamos sumidos, no se me ocurre nada que pueda lograr el cambio.

    Un abrazo, Andrés.

    ResponderEliminar
  2. Estimado Jorge, yo a usted no lo conozco, o digamos que lo vi una vez sola.

    Mi nombre es Pablo Sciolla y soy un socio con 20 años de antigüedad (y 38 de edad).

    Tuve la oportunidad de asistir a la Asamblea en donde se trató la aprobación del último balance. Y si no recuerdo mal usted hizo una exposición que consideré brillante sobre las razones por las cuales eso que se estaba presentando (no me animo a llamarlo balance), no podía ser aprobado de ninguna manera.

    No conozco mucho más de su trayectoria que haberlo visto exponer en esa Asamblea. Recién hoy descubrí este blog y aquí me entero de su renuncia por lo que decidí escribirle. Estoy seguro la misma ha generado una gran pérdida para River. Usted ha sido en esa Asamblea un ejemplo sobre qué se debe esperar de un representante de Socios en ese ámbito. Me sentí representado y se lo agradezco. Lamento que el sistema vigente sea tan difícil de cambiar. Pero hay que seguir intentando desde el lugar que sea.

    ResponderEliminar