martes, 28 de junio de 2011

¡RENUNCIE YA!

A pesar de la prohibición de entrar el Club, se ha enviado una carta al Sr. Passarella y su C.D. pidiéndole la renuncia. El Rep. por la primera minoría, Carlos Aliberto, se ha adherido a la misma.


Estimado Sr. Presidente:
Molesto su atención por esta vía debido a que me ha sido prohibida la entrada al Club, tanto ayer como hoy, para entregar en mano a su Secretaria una carta firmada por el Sr. Carlos Aliberto y quien esto escribe. Me afirmaron que la única forma posible de que le llegara a sus manos era a través de este e-mail. Espero que lo que a continuación envíe, sea debidamente recibido por Ud y por el Secretario de nuestra Institución. También, y lamento tener que enfatizarlo, de continuar la negación de mi ingreso a las instalaciones del Club del cual soy asociado y represento a sus socios, iniciaré las acciones legales correspondientes contra Ud y contra todos aquellos que siguen abusando de sus atribuciones, violando sistemáticamente el Estatuto que nos ordena.
Atte. Jorge Leone – Representante de Socios


TEXTO DE LA CARTA DIRIGIDA AL SR. PASSARELLA Y SU C.D.

Buenos Aires, 27 de junio de 2011

Sr. Presidente del
Club Atlético River Plate
Don Daniel A. Passarella
Presente


De nuestra consideración:

Nos permitimos molestar su amable atención,  más allá de nuestra representatividad política dentro de la Institución, como simples socios para trasmitirle nuestras sinceras convicciones sobre el futuro inmediato que nos involucra a los riverplatenses en general y a Usted y a su Comisión Directiva en particular.
Prescindiendo por unos momentos de la cruda y terrible realidad que vivimos: irnos al Nacional B, lo que afecta la salud y la mente de millones de incondicionales de nuestro amado Club, nos gustaría sincerar, a través de esta vía, un pequeño intercambio de opiniones que, entendemos modestamente, podrían servirle de reflexión para ayudarlo a tomar la única medida posible que le cabe realizar y/o ejecutar. Por el River que Usted dice amar; por el River que Usted dijo defender hasta con su sangre (recordar el ingenioso y poco convincente spot publicitario de campaña); por el River que, sin lugar a dudas, lo cuenta como uno de los más grandes ídolos futbolísticos de toda su historia…
Y, si nos permite, empezaremos por afirmarle que la soberbia es uno de los peores defectos que un ser humano puede promover y practicar. Lamentablemente, y más allá o acá de lo buena persona que Usted pueda ser, tal defecto (imputado hasta por la Sagrada Biblia como un pecado capital) lo pone en una situación de rechazo básico hacia quienes lo rodean. Porque el soberbio se cree superior, se siente por encima de todo y de todos, se piensa a si mismo como el centro del Universo. Un refrán anónimo sostiene que “La soberbia es la máscara de la ignorancia”. E ignorar, nuestro estimado Presidente, es no tener idea de nada; no inquirir, no aprender, no inferir, no conjeturar, no saber, no reflexionar, no pensar, no discurrir, no abrirse a las opiniones de los otros. De ahí a la necedad hay un solo paso porque se niega a la otredad, al otro. Y, disculpe nuestra franqueza, Usted vive negando al socio y al hincha de corazón, Usted vive ninguneando (disculpe el neologismo actual) a los dirigentes que se colgaron de sus pantalones pero, lo más grave, a aquellos que no estuvimos ni estamos de acuerdo con sus acciones y actitudes. Un dato que avala estas aseveraciones: ¿cuándo tuvo en cuenta nuestras propuestas? Por lo menos para discutirlas por el bien de River. ¡Jamás!
Es más, “vendió” en su campaña electoral “… que se había preparado para dirigir a River”; frase lastimosa e indignante para aquellos que nos hemos preparado intelectualmente durante años y hemos ejercido, con éxito, funciones empresariales y/o docentes interactuando con cientos de personas a lo largo de toda una vida. Lastimosa e indignante, le decíamos, porque la verdad absoluta es que Usted nunca se preparó para dirigir un Club y, mucho menos, una organización comercial-financiera-industrial-jurídica. De hecho, fue con su estilo patoteril a la AFA donde trató de “inútiles” a muchos dirigentes de otros clubes (los que nunca jugaron al fútbol como Usted), infinitamente mejor manejados que el nuestro, obnubilado en su pelea personal con uno de los hombres más poderosos de la Argentina, al que había que haber enfrentado desde la unión de todos los riverplatenses y con acciones consensuadas, meditadas, inteligentes, lapidarias y efectivas. No desde la ofuscación personal, el impulso irreflexivo y el individualismo intempestivo. ¿O estaba persiguiendo fines personales que son ajenos a todos los riverplatenses? 
También, estimado Presidente, Usted afirmó “… que venía a cambiar River y que se acababa la joda”. Ahora bien, nos preguntamos y le preguntamos: ¿cómo pensaba hacerlo si llegó al poder rodeado de aprox. 132 aguilaristas que figuraban en su lista electoral?, ¿cómo pensaba hacerlo con Turnes, Renzi, Bravo, Carreras, etc., hombres del riñón del tenebroso tándem Aguilar-Israel? Y, por supuesto, la “joda” no se acabó. Como tampoco se acabó el desmanejo financiero-contable-administrativo que se maquilla casi a diario. Por supuesto que no vamos a hostigarlo con las falacias de la Auditoria y el Fideicomiso. Ya nos hemos expresado concretamente sobre el particular en el blog personal de Leone (donde se vierten argumentos irrefutables) y haciendo lo que nuestras conciencias nos dictaron en las Asambleas correspondientes mientras sus adláteres (esos que se mueren por la entradas de protocolo y por las múltiples prebendas que obtienen en detrimento del socio de a pie) levantaban las manos sin conocer, en muchísimos casos, lo que se estaba tratando.
Pero lo más grave de estas horas, nuestro estimado Presidente, es que Usted (en otras de sus bravuconadas insustanciales) lanzó el último domingo un comentario al pasar: "Vamos a resistir; me van a sacar con los pies para adelante.” Nos “conmueve” su valentía. Su culto permanente del “macho argentino”. Nosotros, por el contrario, aprendimos con los años que el diálogo es más valioso que el apriete, que la bravuconada. Le decimos más, si nos permite: se es más varonil y se tiene más hombría de bien cuando se escucha al otro y se lo respeta como a un igual. Disintiendo para crecer. Consensuando para avanzar. Por supuesto, la tentación de hacer callar al otro a través de la fuerza bruta (y sin son varios contra uno, mucho mejor) vive inmanentemente en nuestra cultura desde épocas inmemoriales. Pero para no dispersarnos ni dispersarlo, esa frase poco feliz es la clave del problema que nos ocupa a todos los riverplatenses de corazón. ¿Por qué? Porque refleja su egoísmo y su carencia absoluta de perspectiva. Nos explicamos: Usted, se quede o no, es el presidente que mandó al Nacional B a nuestra amada Institución. Usted, más allá de los sátrapas que colaboraron (¡y cómo!) para llevarnos a esta destrucción ignominiosa, ha quedado en la Historia como el presidente que condujo a River a su descenso, al peor momento de sus 110 años de vida. Nada lo podrá cambiar, nada lo modificará. Su responsabilidad está garantizada de por vida y así quedará grabado a fuego en los anales de la posteridad. Porque su responsabilidad empieza en dos puntos claves: a) Se juntó con colaboradores que no estaban preparados para conducir al Club y b) Lo imperdonable e inadmisible: llegaron al gobierno del Club sin plan A, plan B, plan C ni plan Z. Sus improvisaciones, con Usted a la cabeza y como máximo responsable, son inaceptables e intolerables.
Dicho esto, y conciente del tiempo que le hemos robado, le rogamos encarecidamente que, por una vez en su obcecada y soberbia vida, analice con sus asesores (sí, con esos que no son nada en River pero forman parte de su mancillado círculo áulico) que, al igual que como se lo pidió oportunamente al nefasto “padrino” que gobierna en la calle Viamonte, acepte presentar su inmediata RENUNCIA junto a toda su Comisión Directiva.
El oprobio, el escarnio, la vergüenza, el dolor que nos atraviesan a los millones de corazones blanquirojos no merecen que Usted siga siendo el Presidente del Club más grande de la Argentina, el presidente que nos llevó a jugar el próximo torneo del descenso. ¿Lo asimiló? Sí, el NACIONAL B.
Lamentamos tener que pedirle esto a uno de los más grandes ídolos futbolísticos de nuestras vidas pero, por favor, reaccione reflexionando sobre lo que ha hecho con nuestro River, a dónde lo ha conducido. No se escude más en un Estatuto perverso que permite la indignidad de que un candidato que gana por un solo voto se lleve el control absoluto de las Comisiones Directiva y Fiscalizadora y dos tercios de la Asamblea de Representantes para gobernar a discreción y cuasi dictatorialmente, sin equilibrios de poder reales, balanceados e imprescindibles para gestionar sanamente una Asociación Civil sin fines de lucro.
Por lo expuesto, y reiterando que nos sepa perdonar ya que no es nada personal, se lo pedimos nuevamente: si quiere a River, ¡RENUNCIE YA!


Carlos Aliberto                                                          Jorge Leone
Representante de Socios                                          Representante de Socios
Socio nº  9.557-6                                                      Socio nº 43.935-6

1 comentario:

  1. Desde Bariloche como hincha y ex socio del club manifiesto mi coincidencia con lo escrito y sostengo tambièn que se debería haber tenido un gesto de grandeza de parte de un gran idolo futbolistico que tuve como fue Daniel Passarella Lamentablemente NO ESTA A LA ALTURA DE PRESIDIR A RIVER no renunciará porque no tendra grandeza razón por el cuna solo quedará trabajar muy fuerte para cambiar estas dirigencias que nos llevaron al mayor dolor de nuesra historia

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