El 4 de marzo del corriente año se realizó la Asamblea de Socios, convocada por Passarella, para aprobar los contratos efectuados con las firmas mencionadas y para considerar el incremento de las cuotas sociales. Como es de público conocimiento, el tercer tema a tratarse fue dejado de lado (la demagogia del poder); me refiero al Plan de Reordenamiento Estructural de Redistribución de los distintos sectores del Estadio.”
Antes de entrar en estos temas, debo aclarar que no participé en esta Asamblea debido a que me encontraba de vacaciones (las que no pude suspender por haberlas contratado con anterioridad a la fecha de convocatoria de la mencionada Asamblea). Por lo tanto, me eximo de emitir opiniones formales sobre lo sucedido durante el transcurso de la misma.
-Contrato suscripto con Coca Cola Femsa de Argentina S.A.
-Contrato suscripto con Servicios y Productos para Bebidas Refrescantes S.R.L.
Más allá que en próximos posteos me explayaré sobre el fondo de ambos contratos, publicaré a continuación lo afirmado (en el plenario pertinente) por el representante de la lista de Dale River, Sr. Alejandro Anile, lo cual comparto plenamente:
Señoras y señores socios.
Señoras y Señores Representantes.
Señoras y Señores directivos y fiscalizadores
Presidente
Números no palabras.
Me limitaré a exponer números, dado que es un modo objetivo de analizar los contratos. Y serán los números, sólo los números, los que guíen la posición de la Agrupación Dale River y el sentido de nuestro voto en este tema.
Comenzaré por el contrato que otorga a la empresa Coca Cola la explotación en forma exclusiva del servicio de venta de bebidas en nuestro estadio durante los partidos de fútbol y espectáculos de cualquier índole, sea quién fuere el organizador.
Los números nos señalan básicamente dos aspectos:
El primero, es que si rechazamos la prórroga, River cobrará por dos años de contrato la suma de pesos cien mil ($ 100.000), es decir la suma de $50.000 por año.
En cambio, si aprobamos la prórroga River cobrará por tres años de contrato la suma de pesos cien mil ($100.000), es decir la suma de $ 33.333 por año.
Desconozco si hubo alguna omisión en la redacción del contrato. Lo concreto es que falta la cláusula que establezca la contraprestación que recibirá nuestro Club por extender en un año más la concesión.
Nótese que en el otro contrato, en el firmado con la empresa Servicios y Productos para Bebidas Refrescantes, se agregó en la cláusula sexta el monto adicional que recibirá nuestro Club por un año más de concesión. En el contrato con la empresa Coca Cola Femsa, en cambio, falta esa referencia.
De modo que si rechazamos la extensión, River cobrará $50.000 por año. Si aprobamos la extensión, River cobrará menos, apenas $ 33.333 por año.
Empero estos son los números chicos, porque lo que interesa en definitiva es saber la magnitud del negocio que concedemos por, en el mejor de los casos, $ 50.000 al año.
Y para ello hay una pregunta básica que debemos responder:
¿Cuántas bebidas se venden por evento?
Según nuestros datos se vende un mínimo de 30.000 bebidas por partido. Pero por prudencia, a efectos de hacer cálculos, tomaré la mitad de esa cifra, es decir 15.000 bebidas por partido.
¿Cuantos partidos se disputan en nuestro estadio?
Sumemos: torneos oficiales de la AFA, Copa Libertadores, Copa Sudamericana, amistosos, Selección Nacional, espectáculos.
Hay un número mínimo seguro que son los 19 partidos de los torneos oficiales de la AFA. Este número se incrementa conforme nuestro éxito deportivo.
Nuestra aspiración es que clasifiquemos y seamos los campeones de las próximas Copas Libertadores y Sudamericana. Pero seamos prudentes en el análisis. Sumemos 6 partidos más, estaríamos en 25 partidos al año.
A ello debemos sumarle los partidos de la Selección Nacional y los espectáculos.
Y los números nos dicen que si se venden 15.000 bebidas por evento, si cada bebida se vende a $ 8.- (es lo que pagué en el último partido por un vaso de gaseosa) la recaudación por partido es de $ 120.000, importe que multiplicado por 25 partidos asciende a la suma de pesos tres millones ($3.000.000) por año.
Comparen éstos $ 3.000.000 con los $ 50.000 que nos pagarán por año conforme el contrato que estamos tratando.
Me dirán que no calculé los costos. Es cierto, hagamos números:
De modo que, contemplando costos, la rentabilidad de la concesión sería de $ 1.950.000 al año. Pues bien, nos van a pagar apenas $ 50.000, una cifra irrisoria.
Los hombres de Dale River le planteamos este tema al oficialismo. La respuesta fue que los dos contratos eran uno. El de publicidad estática y el de venta de bebidas, más allá de la forma (que no es un tema menor), debían ser considerados como uno solo.
Si esto fuera así ¿Qué nos dicen los números?
Veamos.
Por año de publicidad estática nos pagan $.2.500.000.
Por año de venta de bebidas gaseosas le pagamos, dado que el dinero sale del bolsillo del hincha de River, $.3.000.000.-
¡Qué quede claro! No le paga el Sr. Tesorero de River, sino que le pagamos cada uno de los hinchas que consumimos en el estadio.
Si en esta cuenta incluimos los costos de la venta de bebidas, debemos incluir también el valor de los otros beneficios que le concedemos a Coca Cola: dos palcos, plateas, camisetas, promociones adicionales, la utilización del estadio y sus instalaciones, etc.
Es decir que, cualquiera sea el modo en que realicemos la cuenta, vemos que Coca Cola en verdad no nos paga nada sino que, por el contrario, obtiene dinero de las arcas del Club y del bolsillo de nuestra gente.
Y es paradójico que el aporte económico que no le pedimos a los empresarios, se lo pedimos al socio de River. En esta misma Asamblea vamos a tratar un importante aumento de la cuota social. Debo decir que si cobráramos las sumas que corresponden a los empresarios, sería innecesario, al menos en los porcentajes propuestos, aumentar la cuota social.
Debo aclarar que nuestra crítica no es al producto Coca Cola, sino a los términos del contrato que celebramos.
Por ello, y por no haberse llamado a licitación según exige el estatuto, votaré por el rechazo.
Agrupación Dale River
Por supuesto que los únicos rechazos a estos incordios provinieron de mis compañeros de bancada. El resto… bien gracias.
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